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Discomanía y algo más (25) Las placas ICR
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DISCOMANÍA Y ALGO MÁS, presentada, en este, y en el episodio siguiente de la serie Premium, un tema solicitado a CANTANDO EN CUBANO. Me refiero a lo relacionado con las placas ICR, que han despertado la curiosidad de nuestros seguidores. Ese será el asunto principal. Tendremos, además, otro capítulo de la serie especial 100 páginas para Celia, Homenaje. El cartero me ha traído la interrogante remitida por nuestro querido amigo Jaime Delgado Cartagena, desde Colombia. La pregunta que Jaime Formula merece una respuesta más amplia. Así es que me da mucho gusto responderle por esta vía. En este primer capítulo, se explica qué son las llamadas placas y cómo se utilizaban, principalmente, en la radio cubana. De aquí, pasaremos a la segunda parte, en el episodio entrante, cuando trataré, en particular, acerca de las placas ICR, tan buscadas por los coleccionistas.
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CANTANDO EN CUBANO
2ª TEMPORADA
Episodio 108: Discomanía y algo más (25) Las placas ICR
PREMIUM
Te saluda Gaspar Marrero. DISCOMANÍA Y ALGO MÁS, presentará, en este, y en el episodio siguiente de la serie Premium, un tema solicitado a CANTANDO EN CUBANO. Me refiero a lo relacionado con las placas ICR, que han despertado la curiosidad de nuestros seguidores. Ese será el asunto principal. Tendremos, además, otro capítulo de la serie especial 100 páginas para Celia, Homenaje.
El cartero
De modo muy especial, El cartero me ha traído la interrogante remitida por nuestro querido amigo Jaime Delgado Cartagena, desde Colombia. Amigo Jaime, permítame saludarlo. La pregunta que usted me formula merece una respuesta más amplia. Así es que me da mucho gusto responderle por esta vía.
Los soportes de sonido conocidos como placas son una especie de derivado del disco de pasta, de plástico y de vinilo. Son superficies circulares de aluminio, con agujero al centro, cubiertas de acetato negro, por ambos lados. La grabación se efectuaba directamente sobre la placa. A ese proceso, los técnicos lo llamaban picar placas porque es un procedimiento inverso a la reproducción del sonido en un disco.
En un disco ya grabado, el sonido está en estrías dispuestas en espiral en la superficie del disco, desde el borde exterior. Para escucharlo, lo colocas en el tornamesa, o el tocadiscos, como le decimos en Cuba, y al girar a la velocidad determinada, 78, 45 o 33 un tercio de vueltas por minuto, una aguja lee, por así decirlo, ese sonido y lo reproduce. Por el contrario, grabar una placa es el proceso opuesto.
Mediante los micrófonos y todo el equipamiento adecuado se recibe el sonido. Éste llega a una membrana en forma de vibraciones que mueven una aguja, la cual traza una espiral sobre la superficie virgen de la placa. En el caso de las placas radiales, la aguja puede ir desde dentro, es decir, junto a la etiqueta de la placa, hacia el borde exterior, o, como es lo habitual, de afuera hacia adentro. En resumen: ese sonido pasa a una aguja que lo traduce en estrías, en forma de espiral que traza en la superficie de la placa. Como parece que corta la placa, los técnicos en el argot le llamaban al método descrito picar placas.
Más adelante, en este episodio de DISCOMANÍA Y ALGO MÁS, La música en la prensa, nueva propuesta de la sección Cien páginas para Celia, homenaje.
Las grabaciones musicales en placas, por parte de las emisoras de radio, se sistematizan paulatinamente. Una iniciativa, en esa línea, fue la del promotor radial Laureano Suárez, a quien llamaban Suaritos. En su emisora Radio Cadena Suaritos utilizó ese sistema de placas. Él contrataba a los artistas, tanto cubanos como extranjeros, y les grababa en placas con carácter exclusivo. Por cierto, una firma comercial, en venganza contra Suaritos por cerrarle su contrato, comenzó a grabar del aire los estrenos de Suaritos y los reproducía en otra planta radial minutos después, como primicias propias. Fue así como Suaritos tuvo la idea de insertar su voz, en medio de las grabaciones, diciendo: Radio Cadena… Suaritos. Resultó la primera victoria de la radio en Cuba contra la piratería musical.
Ese sistema de grabaciones en placas lo tenía la CMQ, que en el año 1938 se vinculó con la RCA Víctor. Hasta ese momento, la Victor enviaba periódicamente técnicos a Cuba para grabar, llevar consigo las matrices a los Estados Unidos, producir allí los discos y distribuirlos en el mercado internacional. La Victor halló una solución proporcionando a la CMQ equipamiento de segunda mano, para efectuar sus grabaciones en La Habana. Y, a la vez, CMQ aprovechó esas facilidades técnicas para grabaciones propias, de menciones comerciales, cuñas promocionales y sus programas en vivo.
El sistema de placas se sistematizó aún más en CMQ después de 1948, cuando se trasladaron, de Monte y Prado, a sus nuevas instalaciones en Radiocentro, donde consolidaron la costumbre de grabar los programas que se realizaban con la presencia de público. El proceso era así: por ejemplo, El Gran Show de la Mañana salía al aire desde las nueve ante meridiano. Pero, lo que se escuchaba en la radio, era la grabación en placas de lo sucedido en el estudio teatro el día anterior, a esa misma hora. Así evitaban cualquier error o algo improcedente que ocurriera mientras se desarrollaba el espectáculo radial en vivo. Esa era la idea.
Por su parte, Radio Progreso adoptó ese mismo sistema cuando inauguró su edificio en Infanta, su sede actual en La Habana, en 1953. Con anterioridad, en su antigua ubicación, en la calle de San José al costado del Capitolio Nacional, Progreso grababa placas exclusivas a los músicos de su elenco, en un pequeño estudio situado en una especie de entresuelo sobre su estudio teatro. Ese hábito permitía a la emisora cubrir las posibles ausencias de sus grupos musicales con sus grabaciones exclusivas.
Si escuchas algunas de esas grabaciones en placas que tomara Radio Progreso al Conjunto Casino, aproximadamente entre 1950 y 1952, puedes reconocer, mediante la acústica recogida, que se trata de un registro obtenido en el antiguo estudio de Radio Progreso en la calle de San José. Allí, precisamente, debutó Daniel Santos con la Sonora Matancera.
Después de la inauguración del edificio de Infanta, nació en Radio Progreso la programación vespertina - nocturna, diaria, con la presencia del público. Como se contaba con la técnica para grabar en placas, se procedía así: sobre las cinco o cinco y treinta de la tarde, los técnicos se dirigían al estudio teatro y les preguntaban a los músicos qué iban a tocar. Y entonces, a partir de esa lista, ellos iban grabando lo que presentaba el programa. El equipo para grabar placas estaba en el cuarto piso del edificio.
Esas grabaciones con público se difundían en un programa que se llamaba Música del Momento, porque era importante para la publicidad de Radio Progreso, y de los artistas, que el público asistiera a esos programas. Y cuando se trasmitían las grabaciones y se escuchaban los aplausos y el entusiasmo del público, los oyentes se entusiasmaban para estar presentes también en esos verdaderos shows radiales.
Continuamos con esta emisión especial de El cartero, en respuesta al querido amigo Jaime Delgado Cartagena, a quien agradecemos siempre su suscripción a CANTANDO EN CUBANO. En esta historia, llegamos al decenio de 1960. Consecuencia de las medidas económicas de los Estados Unidos contra Cuba, la Isla dejó de abastecerse de materia prima suficiente para hacer una amplia producción de discos comerciales. Cuando, en otros tiempos, las distintas disqueras terminaban nuevas producciones, enviaban discos de muestra a las emisoras. Los elaborados por el sello Panart sin fines comerciales, consignaban en la etiqueta: Disco Panart, Muestra, prohibida su venta.
En 1964, se instituyó la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales, Egrem, como entidad única en ese sector. Como no se disponía de recursos materiales para la producción de discos comerciales y, además, cumplir con compromisos de la radio y con las victrolas que todavía existían, se determinó que los discos comerciales fueran sólo para el mercado doméstico, para la población en general. Entonces, ¿cómo distribuir música nueva por las emisoras cubanas? De eso tratará nuestro siguiente episodio. Muchas gracias, Jaime, por proponer este asunto. Continuamos con el tema sugerido por nuestro suscriptor Jaime Delgado Cartagena, desde Colombia, en el capítulo próximo de DISCOMANÍA Y ALGO MÁS.
100 páginas para Celia, Homenaje
Página 34 para Celia: A propósito de este asunto de los discos, llegan noticias radiales desde España. El domingo 28 de agosto, la emisora Radio Madrid ofreció la primera trasmisión de un nuevo programa. El espacio estaría dedicado íntegramente a la difusión de música cubana. A esos fines, serían colocados en cada audición los discos más recientes, recibidos desde La Habana. Como director y conductor del nuevo programa de Radio Madrid, el destacadísimo locutor cubano Manolo Serrano tendría a su cargo la máxima responsabilidad. Los primeros discos trasmitidos en la novedad radial madrileña fueron los de Enrique Jorrín y su Orquesta, el Trío Servando Díaz y Celia Cruz con la Sonora Matancera. Diario de la Marina. 30 de agosto de 1955.
Página 35: La prensa acostumbraba a publicar, diariamente, la programación de las televisoras cubanas. Esta página se refiere a los programas de CMQ Televisión, Canal 6, en La Habana. En una edición dominical periodística, se consigna en la cartelera del Canal 6 de CMQ el programa Desfile musical US. A partir de las ocho y treinta de la noche, en esa trasmisión del Desfile Musical US aparecerían, ante las cámaras de CMQ, Eva Flores, el colombiano Nelson Pinedo y María Teresa Sardiñas, junto a Celia Cruz, el Ballet US y el Cuarteto Llopis Dulzaides. Diario de la Marina. 4 de septiembre de 1955.
Página 36 para Celia: Otros apuntes de la televisión. En la edición dominical de un diario, además de los espacios de la pequeña pantalla para ese día, fue publicada la programación íntegra para el lunes, respondiendo al descanso del domingo para los periodistas. Así las cosas, la cartelera de CMQ Televisión presentaba a la pareja de actores humorísticos Alberto Garrido, como el negrito, y Federico Piñero como el gallego. La pareja de Garrido y Piñero, muy popular en su época, desarrollaba, en media hora, un libreto cómico, escrito por Marcos Behemaras, junto a actores del cuadro del Canal 6. La música estaría a cargo de Celia Cruz con la Sonora Matancera. Diario de La Marina. La Habana, 25 de septiembre de 1955. Más de nuestras Cien páginas para Celia, Homenaje, en el próximo capítulo.
Con esto termino por ahora. Si te interesaron estos apuntes, ¡házmelo saber en los comentarios! Haz clic en el enlace situado en la descripción. Es Gaspar Marrero quien se despide hasta el próximo capítulo de DISCOMANÍA Y ALGO MÁS, La música en la prensa. Serie Premium, solamente para suscriptores de… CANTANDO EN CUBANO… ¡No te pierdas el próximo episodio!